Es un hecho que hoy en día las formas de pago están evolucionando, sobre todo por internet con la llegada de Bitcoins, PayPal y otras plataformas. No obstante, a la hora de realizar nuestras compras en tiendas físicas, los métodos de pago están evolucionando a menor ritmo. Es cierto que los pagos a través del móvil cada vez son más comunes, pero si no nos gusta llevar efectivo encima, lo más común es optar por la tarjeta de crédito. Por desgracia los ladrones lo saben y han ideado una técnica de clonación de tarjetas en cajeros que puede dejarnos sin saldo pero con deudas. Hoy te explicamos en qué consiste el skimming.
Clonación de tarjetas y robo de datos
El lugar más habitual para la clonación de tarjetas es, sin duda, los cajeros automáticos, pero no cualquiera. Los ladrones utilizan cajeros callejeros, alejados de la multitud, donde no se note la presencia de un segundo lector camuflado con la misma apariencia que uno original. Una vez crean que han recopilado suficientes datos, recuperarán el lector con toda la información que han recopilado de las bandas magnéticas de las tarjetas.
Por otra parte, si los delincuentes buscan la clonación exacta de la tarjeta pero modificando el nombre y los demás datos que aparecen en ella necesitarán conocer el PIN de la tarjeta, el cual no está almacenado en la tarjeta. Para averiguarlo, suelen colocar pequeñas cámaras en los cajeros que graben a la víctima tecleando su PIN.
Y si te preguntas como consiguen todos estas herramientas tan sofisticadas para robar datos bancarios, la respuesta en la Deep web (contenido que existe en internet pero no es indexado por los buscadores). Aquí se pueden obtener lectores similares a los de los cajeros, teclados parecidos o cámaras para grabar el tecleado del PIN de forma fácil y rápida.
Desde Sorolla Seguridad, nuestros consejos para prevenir el skimming son evitar en la medida de lo posible frecuentar cajeros callejeros aislados, tapar siempre con una mano el teclado cuando introduzcas el PIN para evitar ser grabado y cambiar de cajero a la mínima sospecha.
